El sueño del artista (絵師の夢, Eshi no Yume) es el quincuagésimo séptimo capítulo del manga InuYasha y el noveno capítulo del Volumen 6.
Argumento[]
Kotatsu explica que siempre le han gustado las imágenes del infierno y que para crear dibujos más relacionados con la muerte iba a pintar retratos de los cuerpos caídos en las guerras, hasta que un día se encontró con un fragmento de la Perla de Shikon en un charco de sangre y le pareció maravilloso el resplandor como arco iris que tenía cuando estaba envuelto de sangre y entrañas. Cuando llegó a su casa mezcló la sangre con su tinta y comenzó a dibujar demonios, los que rápidamente se materializaron. El pintor cuenta que salía a asesinar gente en ocasiones, ya que mientras más fresca fuera la sangre mejores eran los demonios, pero su vida cambió desde que conoció a la Princesa, ya que sólo podía mirarla de lejos y que desde que la vio no había hecho nada más que pensar en cuánto la amaba, por lo que trató de hacer una princesa propia, con tinta y sangre. Inuyasha lucha usando a Colmillo de Acero destruyendo a los Demonios de Tinta, pero el olor que dejan los charcos de tinta al derrotarlos termina por marear a Inuyasha. Miroku interviene con su Shakujou y le advierte a Inuyasha y Kagome que se queden atrás. Miroku utiliza su Agujero Negro y absorbe a la mayoría de los demonios de tinta, mientras Kotatsu mira frustrado desde el interior de su casa. Miroku queda paralizado por un momento y explica que es la primera vez que absorbe tanta energía maligna de una sola vez, lo que le resulta agotador. El grupo de Inuyasha siente un ruido desde el interior de la casa de Kotatsu. Unos demonios destruyen la casa al salir y llevan a Kotatsu lejos intentando escapar. Inuyasha lo sigue y comienza a escalar el monstruo, preguntando a Kagome dónde esconde el fragmento el pintor. Kagome le dice a Inuyasha que es en el tubo de bambú donde guarda la tinta, Inuyasha deteniendo el escape de Kotatsu grita a Miroku que él no es el único que puede hacer trucos asombrosos y Kagome trata de traducirlo a una forma de agradecer de Inuyasha. El pintor libera una gran cantidad de demonios mientras escapa, pero Inuyasha no los corta con su espada para evitar desmayarse por el olor, si no que los golpea con certeros puñetazos, llegando hasta el lugar donde estaba Kotatsu y obligándolo a rendirse
Apariciones[]
Personajes[]
Lugares[]
Objetos[]
Correspondencia con el Anime[]
Este capítulo corresponde parcialmente y con algunas modificaciones en el arco histórico a la parte intermedia del episodio 17.